El equipo de filtrado es uno de los elementos fundamentales que debe estar presente en cualquier sistema de riego. Ahora que ya ha comenzado la campaña, Saleplas hace una serie de recomendaciones básicas para la puesta en marcha de los equipos de filtrado de anillas, así como para su correcto funcionamiento.

El período en revisiones depende las condiciones de operación, características del agua a filtrar y el tiempo de funcionamiento. Saleplas recomienda un período de tres meses entre las distintas revisiones de componentes que implican el desmontaje de cualquier elemento. El tiempo real debe determinarlo el usuario final según las características particulares de su instalación: 

Siguiendo estas recomendaciones conseguiremos una mayor exactitud y seguridad en el filtrado. Los emisores tendrán una menor tasa de obturación. Con el adecuado mantenimiento se posibilita además la detección de anomalías o averías, garantizando un control total de las limpiezas de los filtros. No olvidar que la manipulación de los equipos de filtrado solo puede realizarse por personal cualificado.

Los separadores de partículas en PEAD de Saleplas se utilizan para eliminar partículas de mayor densidad que el agua. Se deben utilizar fundamentalmente cuando tengamos agua de pozo con arrastre de arena y limos. Se instalarían antes de los filtros de anillas o bien en equipos mixtos de separadores + filtros. Estos separadores no requieren mantenimiento, únicamente recomendamos la automatización de la descarga de las partículas acumuladas en los mismos.

Cuando se disponga de agua con altos contenidos en matería orgánica, como agua embalsada, los filtros de anillas actuarían como filtro secundario a continuación de un cabezal de arena, que eliminaría las impurezas de tipo orgánico, tales como algas, en una primera etapa.

No es frecuente instalar otros filtros en el cabezal de riego. No obstante, es recomendable que conectados a la salida de los depósitos de fertilizantes (si los hubiera) se instalen pequeños filtros de seguridad para retener las partículas sólidas e impurezas de abonos que se hayan quedado en suspensión en la disolución y así evitar su entrada a la red de riego.

Como elemento de seguridad, también se pueden instalar filtros manuales en las cabeceras de cada sector de riego para retener las partículas que por averías o reparaciones de la red, así como restos de precipitados no filtrados, pueden llegar a los goteros.